Doce cuestiones gramaticales que
más confusión causan entre los hablantes del castellano, según la Real Academia Española
1 - “Había muchas personas”: impersonal
Aunque todos lo hayamos oído en un momento u otro, debemos olvidarnos
por completo de fórmulas que incluyan el verbo “haber” en plural como “habían
muchas personas en la sala”, por mucho que las personas estén en plural. En
dicho caso, el verbo funciona como impersonal, por lo que hay que conjugarlo en tercera persona de singular. Con la peculiaridad del
presente de indicativo, que adopta la forma “hay”: “hay mucha gente en la
sala”.
La Real Academia Española en Madrid |
2 - "Se
venden casas” / “Se busca casa con jardín”/ "Se entrevistó a los
candidatos para el puesto"
Una de las fórmulas que más dudas genera debido a que en realidad son
dos, solo que se parecen mucho. Por un lado está la que aparece en “se buscan
actores”, que es una oración de pasiva refleja y,
que por lo tanto, solo puede darse con verbos transitivos; por el otro, la que
aparece en “se busca casa con jardín”, que es una oración impersonal y que por
lo tanto siempre va en tercera persona del singular y que puede aparecer junto
a verbos transitivos o intransitivos.
¿Cuándo emplear uno u otro? Si el elemento nominal es una cosa, es preferible la pasiva refleja, como en “se
hacen fotocopias”. Si es una persona y no va
precedida de “a”, también pasiva refleja, como en “se buscan actores”. Pero si se refiere a una persona y va precedido
de “a”, es mejor que se emplee el impersonal, como en “se entrevistó a los candidatos para el puesto”.
3 - “No vino
nadie”: ¿doble negación?
A muchos angloparlantes les resulta extraña nuestra manera de negar, que
en ocasiones implica una doble negación (lo que, para ellos, equivale a una
afirmación): mientras que nosotros decimos “no tengo nada”, en inglés suelen
decir “I have nothing”. Pero, como recuerda la RAE, “en
español existe un esquema particular de negación, que permite combinar el
adverbio 'no' con la presencia de otros elementos que tienen también sentido
negativo”.
4 - “Más mayor”, es la guerra
Como ocurre con otros comparativos, es incorrecto utilizar “más” con la
palabra “mayor”… en la mayor parte de casos. Es lo que ocurre, por ejemplo, con
“El baño no es más mayor que la cocina”, incorrecta. Sin embargo, en otras
ocasiones esta palabra no funciona de manera comparativa, sino como un adjetivo en grado positivo. Por ejemplo, cuando
queremos utilizarlo como opuesto a pequeño: “Cuando seas más mayor, te compraremos
una bicicleta”, una construcción perfectamente válida.
5 - ¡Agua!
Una palabra que nos trae muchos quebraderos de cabeza cuando debemos
poner antes un artículo o un adjetivo. Ante nada, debe quedar claro que su género es femenino; con la peculiaridad
que comienza por una “a” tónica, lo que lo cambia todo. ¿De qué manera?
Utilizando el artículo “el” en lugar de “la” para evitar la cacofonía (¿“la
agua”? Horrible), salvo que este no aparezca inmediatamente pegado a la palabra
(por lo que “la misma agua” es correcto). Algo semejante ocurre con el artículo indefinido
“una”, que cuando antecede a palabras que comienzan por una “a” tónica se
acorta en “un”, como ocurre en “un área”, o con “alguna” y “ninguna” que se
apocopan ante esa clase de palabras (“algún alma”).
6 - El fin de los “CDs”
Por imitación del inglés, tendemos a añadir una “s” minúscula a los
plurales de las siglas. Mal. Si estamos hablando en español, el plural de esta
clase de palabras tan solo se manifiesta en las que las introducen, como ocurre
con “los PC”. Así que olvidémonos de la “s” y
centrémonos en utilizar los determinantes necesarios.
7 - “Palabras claves”: la “s” no sobra
¿A alguien más le da dentera escuchar la expresión “palabras claves”?
Pues el problema lo tenemos nosotros, amigos: es perfectamente válido utilizar
tanto la expresión “palabra clave”, en la que este último término funciona como
modificador del primero, como “palabras claves”, que adopta por completo las
características de un adjetivo.
8 - Del 2000 y de 2000
Otro de esos casos que nos crean un montón de dudas: ¿cómo se escriben
las fechas, precedidas por “de” o por “del” por ejemplo, si queremos decir que
es 1 de mayo de(l) 2016? Ambas fórmulas son válidas, aunque desde la Edad Media se ha considerado que es preferible prescindir del
artículo, es decir, emplear “de”. Salvo que añadamos la palabra
“año”, en cuyo caso estamos obligados a utilizar “del” (“5 de mayo del año
1999”). Reparemos en una última peculiaridad: en el habla común, es habitual
utilizar “de” para los años que llegan hasta 1999, y “del” a partir del 2000. (“La inauguración fue en 1999” / “será
inaugurado en el 2002”).
9 - ¿India o
la India?
Ambas opciones son válidas. Lo único que cambia, como ocurre con otras cuestiones,
es la preferencia. Aunque, eso sí, hay que recordar que el artículo en este
caso (y en el de Perú) no forma parte del nombre propio, al contrario de lo que
ocurre con El Salvador o El Cairo, por
ejemplo, por lo que deben escribirse en minúscula.
10 - El resto de
los alumnos: ¿con quién concuerda?
Uf, uf, uf. Sudamos tinta cuando nos encontramos con esta clase de
estructuras funcionando como sujetos. ¿Debemos hacer que el verbo concuerde en
número con “el resto”, y por lo tanto iría en singular, o con “los alumnos”, y por lo
tanto iría en plural? Ambas versiones son válidas, aunque sea más común
utilizar el plural (“la mitad de los alumnos aprobaron” frente a “la mitad de
los alumnos aprobó”). Con una salvedad: que el verbo lleve un atributo o
complemento predicativo, que a la fuerza provocará que el verbo vaya en plural.
Es fácil de entender. ¿No utilizamos siempre “la mayoría de sus hijos eran altos” porque nos suena a rayos “la mayoría de sus
hijos era alto”?
11 - “Los ciudadanos y las ciudadanas”.
Terminamos metiéndonos en aguas pantanosas. Es una de esas fórmulas que
se han adoptado recientemente para nombrar a ambos géneros, y sobre la cual organizaciones de
toda índole tienen mucho que decir. La RAE se limita a calificar esta clase de
desdoblamientos como “artificiosos e innecesarios
desde el punto de vista lingüístico”, puesto que el masculino
designa a todos los individuos de la especie sin distinción de sexos. Según
la institución lingüística, el uso del femenino solo se justifica “cuando la
oposición de sexos es relevante en el contexto”, como ocurre en la frase “el
desarrollo evolutivo es similar en los niños y las niñas de esa edad”
12 - 21 personas… ¿veintiún?
Para entender un poco mejor la utilización de la palabra “veintiuno” y
“veintiuna”, hace falta que nos fijemos en las palabras de las que proceden, “uno” y “una”. “Uno” se apocopa en “un” cuando precede
a sustantivos masculinos, como ocurre con el caso de “un libro” o a
femeninos que comienzan por “a” tónica, como con “un águila”. Nunca se apocopa
cuando antecede a sustantivos femeninos que no comienzan por “a” tónica. Tres
cuartos de lo mismo ocurre con los numerales compuestos: igual que decimos “una
mujer”, debemos decir “veintiuna mujeres”, e igual que decimos “un águila”
debemos decir “veintiún águilas”. Los porcentajes, no obstante, no se apocopan:
la fórmula correcta es “treinta y uno por ciento”.
Con una salvedad a esta regla: cuando entre el
numeral y el sustantivo se interponga la palabra “mil”, la concordancia de género entre numeral y
sustantivo es opcional. Es decir, podemos decir tanto “veintiuna mil personas”
como “veintiún mil personas”
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