Durante una semana en abril Sevilla
vive sólo para esta fiesta. La música, la gastronomía, el baile y las ganas de
divertirse crean un ambiente muy especial.
La
Feria de Abril es una de las fiestas más internacionales y populares de
Sevilla. Creada en 1847 como feria ganadera, con el tiempo el aspecto festivo
del acontecimiento terminó imponiéndose a la parte comercial, hasta convertirse
en una cita imprescindible para los sevillanos. Durante una semana, las más de
mil casetas instaladas en el recinto ferial se transforman en el segundo hogar
de los habitantes de esta ciudad, un espacio donde compartir y divertirse en
compañía hasta altas horas de la madrugada.
Oficialmente
la fiesta empieza el lunes a las doce de la noche con la “prueba del alumbrado”,
el encendido de las miles de bombillas de colores del recinto ferial y la
portada principal, que alcanza casi 50 metros de altura y es diferente cada
año.
En
el interior ya están instaladas las casetas, el lugar donde se vive la feria. Las
casetas son patrocinadas por varios grupos de familias aristocráticas
sevillanas, clubs, sindicatos y partidos políticos. Cada una tiene su propia
atmósfera y tradición. Para algunas necesitas invitación, otras tienen entrada
libre con bares abiertos al público. Parte de la diversión es dar una vuelta
buscando la caseta que mejor se te adapta. Formadas por varios socios, son
entendidas como un espacio familiar en el que agasajar a amigos, parientes e
invitados con los productos típicos de la tierra, beber vino, cantar, mantener
una buena conversación y, por supuesto, bailar sevillanas. Una de las más famosas y
divertidas es “Er 77”,
donde el vino se saca de
un pozo o
se sirve de cubos,
y hay camas en la parte de atrás para dormir después del vino.
Este
ambiente cálido y festivo se traslada también al exterior: la gente suele
bailar en la calle y el carácter abierto de los sevillanos invita a unirse a la
celebración a todo el que pasa. Conviene que se tenga en cuenta que la mayoría
de las casetas son privadas y que se accede por invitación de algún socio o
conocido. Aunque también las hay públicas y de acceso libre. En la oficina de
información situada en la entrada de la feria le indicarán cuáles son.
Mientras
dura la fiesta la gente viste los trajes típicos andaluces: los hombres con la
indumentaria campera tradicional, y las mujeres con el vestido flamenco o de
gitana. De día, la feria se llena con cientos de amazonas, jinetes y carruajes
ricamente adornados. Es el llamado paseo de caballos, en el que se puede
participar alquilando una carruaje con conductor del servicio regular. Al lado
del recinto ferial se sitúa la Calle del Infierno, una zona lúdica muy animada,
con multitud de atracciones para niños y adultos y puestos donde tomar una
bebida o unas tapas. Otro elemento imprescindible son los toros: cada tarde la
Plaza de la Maestranza se llena para presenciar la correspondiente corrida (las
entradas y abonos se pueden adquirir anticipadamente llamando por teléfono o en
la página web de la propia plaza).
Y tras una semana de diversión, un impresionante espectáculo de fuegos artificiales, el domingo a medianoche, despide la Feria de Abril hasta el año siguiente.
Y tras una semana de diversión, un impresionante espectáculo de fuegos artificiales, el domingo a medianoche, despide la Feria de Abril hasta el año siguiente.
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